Lo que el 2020 me dejó: Aprendizajes y reflexiones
2020, un año que sin duda ha impactado al mundo. Me atrevo a decir que nunca la “lucha contra algo” nos había mantenido tan unidos, incluso pese a estar, en muchos casos, físicamente separados.
Y en vista de que estamos llegando al final del año, he reflexionado acerca de muchas cosas a modo aprendizajes personal (lo he hecho también del turismo, lo puedes leer aquí).
Este fue un bonito ejercicio y me pareció interesante compartírtelo en este, mi último post del 2020. Espero lo disfrutes y te aporte en algo😊
Aprendizaje siempre hay
Cada situación en la vida, sea buena o mala, nos deja una lección. Hay que saber identificarla, aceptarla e integrarla.
Una manera de hacerlo, es practicando la reflexión y el agradecimiento a diario 👉aquí te dejo algunas ideas.
El mapa no es el territorio
En otras palabras, cada persona es un mundo diferente. Tu interpretación de la realidad es diferente a la mía o a la de alguno de tus amigos, y es crucial que lo entiendas.
Cada uno de nosotros ha reaccionado a su manera a los sucesos de este año. Debo confesar que me costó un poco comprenderlo al principio, especialmente cuando veía que era tan difícil para algunos quedarse en casa.
Es interesante también recordar este principio a la hora de ayudar a alguien. No porque pensemos que tenemos la solución a sus problemas, quiere decir que de verdad sea lo que necesita.
Entonces, la clave para poder ayudar verdaderamente a una persona, es entender su realidad.
Si quieres generar más ideas, puedes sitiar tu cerebro
El término “sitiar tu cerebro” lo aprendí este año y me encantó porque es algo que inconscientemente he estado intentando hacer desde hace algunos años.
Se trata de alimentar, o exponer a tu cerebro constantemente a la información que te interesa aprender. De esta manera, luego de un tiempo verás cómo cambian tus pensamientos.
Saber como controlar tus pensamientos es algo muy poderoso. Te cuento algunas maneras de hacerlo en este post.
Tanto conocimiento a un clic de distancia
Cada vez me maravillo más de esto. Me parece impresionante la cantidad de conocimiento a la que podemos acceder.
Para cualquier consulta, tienes a Google o a Ecosia; si buscas un tutorial, tienes centenares en YouTube; te quieres especializar en un tema, tienes a un montón de profesionales que ofrecen cursos de pago. También, tienes alternativas muy buenas de cursos gratuitos en plataformas como Coursera o Udemy.
¡Y que no se me olvide mencionar a los podcasts! A mi me parecen ideales para escuchar mientras voy caminando o preparo la comida. A más de todo esto, este año se han multiplicado la cantidad de webinars con temáticas relevantes para cada sector.
Así que si quieres aprender, tienes muchas opciones de donde escoger (consumir este contenido te ayudará con el tema de sitiar tu cerebro y a ser más creativo).

El mundo está lleno de proyectos inspiradores
Recientemente me embarqué en la aventura de aprender más acerca de la Innovación Social de la mano de Learning by Helping y Playground.
Más allá de que las clases son súper interesantes, se han creado grupos de WhatsApp y de Facebook donde muchos alumnos han compartido sus proyectos ¡cuánta inspiración!
La clave está en encontrar un problema al que quieras darle solución, investigarlo a profundidad en teoría y junto a las personas afectadas para en conjunto, pensar en una solución👍🏽
La mejor forma de vencer el miedo, es actuando
Lo he escuchado varias veces y pese a que es algo en lo que aún sigo trabajando internamente, cada vez estoy más convencida de que la única manera de vencer el miedo, es tomando acción.
Lo cierto es que te puede salir bien o te puede salir mal, pero eso nunca lo sabrás si no das el primer paso. Si te sale mal ¡no hay problema! solo íntegra ese aprendizaje a tu vida y ya habrás dado un valioso paso adelante.
De esta reflexión me queda de lección el hacer del miedo mi aliado para fortalecerme y mostrarme de lo que soy capaz.
Una cosa a la vez
Solía pensar que el multitasking o la multitarea eran habilidades que tenía que tener. Pero me he dado cuenta que en realidad hacer mucho de todo no me lleva a nada. Así que voy intentando enfocarme en una cosa a la vez.
Por otro lado, algo que se disparó con la pandemia, fueron la cantidad de webinars, eventos o talleres online. Tanto aprendizaje compartido generosamente por varias personas es algo que me fascinó.
Sin embargo, llegué a un punto donde el querer asistir y verlo todo, me frustró. Un caso de infoxicación o sobrecarga de información digital, muy común en nuestras épocas.
La manera en la que trato de combatirla, es preguntándome si eso es verdaderamente valioso para el aprendizaje que busco en ese momento. Si no lo es, pues lo dejo ir y confío que una nueva oportunidad se dará cuando sea preciso.
Lo que le funciona a todos, puede no funcionarte a ti
Muchas veces me ha incomodado el hecho de ver cómo a otros les ha dado resultado algo y a mi no. Pero últimamente he comprendido que en un mundo tan diverso, es completamente normal y necesario.
Lo único que debemos entender es que cada persona tiene su ritmo, su personalidad, sus gustos, sus conocimientos, etc.
El mismo principio aplica con el desear algo porque vemos que otros lo tienen. Ojo, no pienso que esto esté mal, solo que en ocasiones me he encontrado deseando cosas que si me pongo a pensar, en realidad no las quería.

Planificar, planificar pero con flexibilidad
Debo confesar que este año he fallado en planificar. Esto no ha hecho más que demostrarme lo necesario que es hacerlo (¡cuánto tiempo hubiera ganado!).
Es importante planificar nuestras acciones tanto en el ámbito personal, como profesional y académico. Para hacerlo, debes partir con un análisis de tu situación actual.
Luego define tus objetivos (en este post te cuento cómo hacerlo) y así podrás determinar las acciones que te conviene tomar.
En este punto quería también volver a mencionar el tema de la flexibilidad. El 2020 es la prueba viva de que todo puede cambiar en un instante, por tanto hay que tener presente que los planes deben ser flexibles.
Aquí quería incluir un resumen de uno de los mensajes de Colette Baron-Reid acerca de la flexibilidad:

Pensamiento y emoción tienen que ir de la mano
Los pensamientos crean nuestra realidad y si quieres enfocarlos hacia algo en específico, un buen ejercicio son las afirmaciones o visualizaciones.
Algo que no conocía respecto a esto es que, sin sentir la emoción asociada (es decir, el “cómo te sentirías” cuando tengas aquello), el decir repetir afirmaciones o visualizar no funciona. Así que ya sabes, a ponerle emoción👌🏽
Primero tú, luego los demás
De pequeña, al escuchar las instrucciones de seguridad en el avión, no entendía porque pedían que te coloques la máscara de oxígeno primero y luego prestes asistencia a los demás. Pensaba… ¿pero no es mejor atender antes a los que más lo necesitan?
Después lo entendí, y es este mismo razonamiento el que me trae a este punto. La persona más importante de tu vida y tu mejor guía, eres tú. Si tú no estás bien, si no eres feliz, si no entendiste algo por completo ¿cómo quieres ayudar a los demás?
Solo siendo tu mejor versión, podrás contribuir positivamente con el mundo. Esto es algo en lo que intento (e intentaré) seguir trabajando😊
Aceptar los errores
Este año me he visto expuesta a mucha retroalimentación por mis “errores”. Y si bien creo que siempre es incómodo enfrentarse a una equivocación, entendí que lo mejor que puedo hacer es aceptar mi error y hacer un switch mental para verlo como un aprendizaje.
Lo cierto es que todos hacemos lo que mejor podemos con los recursos y conocimientos que tenemos disponibles en ese momento. Así que ¿en realidad existen los errores?
Desde mi punto de vista, la vida se encargará de repetirte situaciones en forma de errores si no has logrado integrar un aprendizaje en tu vida.
Y bueno, me gustaría también decir que dar retroalimentación es una responsabilidad muy grande. Muchos la utilizan correctamente, pero es cierto que otros lo hacen para imponer su superioridad y criticar acciones sin ser constructivos.
En estas situaciones es fundamental que antes de decir algo, te preguntes si tu opinión de verdad le aportará valor a la otra persona. Si no lo hace, será mejor que no lo digas (y si no es agradable, tampoco).
El camino es más importante que la meta
Una de las ventajas de vivir de momento en Salzburg (Austria) es el estar rodeados de naturaleza y montañas. Así que el senderismo es una de las actividades que más se hace en esta zona.
Para los que me conocen, saben que las actividades físicas no son precisamente lo mío, así que el ir de subida, incluso en montañas de baja altura, ha sido un desafío para mi este año.
Lo que aprendí de esto es que, por más que sea satisfactorio llegar a la cima, es en realidad el camino el que te deja más recuerdos, más aprendizajes, y el que al ver atrás te demuestra que sí se puedo
Esta experiencia la asoció con los objetivos. Naturalmente alcanzarlos es la meta, pero mientras lo hacemos, disfrutemos del camino.

Comentarios finales
No quería terminar este post sin expresar mi admiración por quienes han tenido que enfrentar las pruebas más fuertes.
Como siempre, ya sabes que puedes compartir este post si conoces a alguien a quién le pueda interesar y, si no lo has hecho todavía, te invito a suscribirte al blog.
Antes de despedirme, quería darte las gracias por estar aquí y tomarte un tiempo para leerme este año. De verdad significa mucho y espero seguir aportándote valor.
Nos leemos pronto y desde ya te deseo un excelente 2021.
Con cariño,
Selene
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